Carmen Martínez, más conocida como Carmiña es una modista
gallega de 82 años afincada en Madrid, pero que ha vivido cincuenta años en
Caracas en el popular barrio de Chacao, donde desarrolló su espléndida carrera
como modista de alta costura.
Aunque a los 12 años aprendió costura en un taller de Lalín fue a los 16 cuando, desde su casa, empezó a realizar sus
primeras prendas usando una máquina de coser que le regaló su abuelo. Por ello,
en gratitud, le dedicó su primera prenda, unos calzones.En ese momento no podía imaginar que terminaría haciendo vestidos tan maravillosos.
Muchas son las curiosidades que compartió conmigo durante la entrevista.
¿Qué tipo de clientes tenía en ese momento?
En ese momento hacía muchas faldas con vuelo, faldas tubo, camisas bordadas y para las bodas, trajes para las novias e invitadas. En ese entonces en Lalín las novias solían ir con un oscuro traje de chaqueta, el primer vestido de novia blanco que hice fue años más tarde en Venezuela.
Carmen(parte central delante de la máquina de La modista(centro) paseando por una calle de Lalín
coser) a12 años con sus compañeras del taller acompañada de una hermana y una amiga, luce
de costura en Lalín (Pontevedra). un traje de chaqueta hecho por ella.
¿Y entonces comenzó su carrera en Venezuela?
¿Cuál era su
especialidad dentro de ese taller?
Cuando estaba en el taller mi especialidad era el terciopelo.
Siempre que había algo para coser o para
planchar con esta tela me lo dejaban a mí.
¿En qué momento
decide trabajar por su propia cuenta?
A los 36 años, cuando tuve a mi segunda hija, decidí montar
mi propio taller en casa. Siguiendo la línea del taller en el que trabajaba, me
dediqué a coser vestidos de fiesta y en
algunas ocasiones trajes de chaqueta.
¿Cuál era su modo de
trabajo?
La clientas venían a mi casa y siempre les cortaba el forro,
que usaba para sacar el vestido.Una vez hecho se lo pasaba a una chica que lo
remataba y, si era necesario, había otra persona que se encargaba de los
sombreros , guantes y otros complementos.
Las telas me las traían las propias clientas a no ser que
fuera una boda, en ese caso, siempre acompañaba a la novia para elegirla.
El tiempo que
tardaba dependía de la hechura. A veces
me llevaba dos días hacer un vestido.
Siempre anotaba las medidas de mis clientas en una libreta y
por ello no siempre era necesario medir antes de cortar.
¿Qué tipo de clientas tenía?
Cosía para personas muy importantes, desde esposas de
políticos a misses o actrices. Para ellas hacía vestidos de fiesta de mucho
trabajo: crepe, gasa…ropa fina de vestir.
Una de mis mejores clientas era Cecilia Matos, la querida
del presidente de Venezuela Carlos Andrés Pérez. Ella salió con mis vestidos en
numerosas ocasiones en la prensa.
Acaba de comentar que
Cecilia Matos salió en la prensa con vestidos que usted le había hecho. ¿Esto
se daba habitualmente?
Así es. Las actrices y modelos salían habitualmente en el
apartado de sociedad. Algunos de mis vestidos podían verse en la prensa ya que
los llevaban mujeres que acompañaban a sus maridos políticos en actos
oficiales. Por desgracia no guardo los recortes, pero si algunas fotos de las
bodas de mis clientas.¿Recuerda algún vestido que le haya resultado especialmente trabajoso?
Boda de uno de sus hermanos en la que fué madrina y la modista que confeccionó tanto su vestido como
el de la novia y algunas invitadas.
¿Puede contarme
alguna anécdota interesante que le haya sucedido a lo largo de su carrera como
modista?
Cecilia Matos no venía a mi casa para probarse los vestidos
ya que el presidente no consideraba que fuera un buen barrio. Entonces venían a
buscarme en coche oficial e iba yo a su
casa. En una ocasión estaba yo en su habitación probándole un vestido y en ese
preciso momento apareció don Carlos Andrés para comunicarle algo a su amante.
Yo me quedé sorprendida. Siempre me acuerdo de ese momento.En otra ocasión descubrí que una conocida modista de novias se anunciaba con una foto de Mariela González, la niña que cuidé al llegar a Venezuela y que después fue una clienta habitual, vestida de novia. Entonces fui a preguntarle a la modista por qué utilizaba esa foto. Ella contestó que el vestido lo había hecho ella y yo le dije que no podía ser ya que lo hice yo. La otra modista pretendía anunciarse con uno de mis vestidos utilizando la imagen de Mariela, que era una conocida dama.
Algo también curioso que me sucedió en una ocasión fue un día que estaba muy nerviosa porque tenía que entregar un abrigo y no sabía cómo hacer el cuello.Por la noche soñé como podía hacerlo y a la mañana siguiente lo hice a la primera.
Y, por último, recuerdo una situación embarazosa en la que la madre de una niña a la que le había hecho el vestido de su puesta de largo, en una de las pruebas, se echó a llorar porqué le había visto yo los pechos a su hija antes que ella.
Carmen con su hija Rosa, y las dos hermanas Rosa y Marga con vestidos hechos por ella.
Creo que era mucho mejor antes, ahora andan medio desnudas. Sin duda entes era mucho más elegante.
Además los vestidos siempre salen mejor cuando están hechos
a medida. De hecho, yo no me adapto a ninguna ropa que compro hoy en día.
Y, a la hora de
coser, ¿con qué prenda disfrutabas más?
Lo que más me gustaba hacer eran los vestidos finos.¿Los vestidos que más ilusión le ha hecho hacer?
¿Hay algún vestido que le quede por hacer?
Es indudable que le
gustaba mucho su trabajo.
Mucho, disfrutaba cosiendo y sigo disfrutando.Grazas avoa, por darme a oportunidade de poder plasmar estos recordos tan bonitos da tua vida en forma de entrevista, e poder ofrecerllos a todo o mundo para que poidan ver o fantástica modista que eres.
Muuuuuy bonito.
ResponderEliminarSe nota, y puedo dar fe de ello, que tu abuela es una maestra en esto de la moda.
Felicidades por esta entrada tan emotiva.
Gracias!!!!y también por ayudarme con el!!!
ResponderEliminarIncreible! Me encanta!! Muy del tiempo entre costuras!! leetelo!
ResponderEliminarGracias Belén!!quiero leerlo XD
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